Entre los lugares que tienes que conocer al concluir la cuarentena se encuentra San Quintín, un lugar donde la naturaleza y los sabores envuelven los sentidos. Uno de los puntos obligados es el restaurante de Mamá Espinoza.

 

Este lugar emblemático de la zona de San Quintín se encuentra a 60 kilómetros del centro, en el poblado llamado El Rosario, sobre la carretera transpeninsular número 1, donde la carretera voltea a la izquierda de una manera cerrada pasando la gasolinera pudiera ser uno de los principales referentes para ubicar este pequeño pero encantador restaurante.


 

El menú de Mamá es sencillo pero lleno de sabor; en temporada de langosta se sirven los burritos famosos, con tortillas de harina hechas a mano, acompañados de arroz y ensalada de la casa, los sabores de hogar para Mamá Espinoza. También se puede disfrutar en este lugar mariscos frescos preparados con ingredientes frescos de la región.

 

Todo el que pasa por este punto de la carretera debe llegar al restaurante, tomarse la foto y probar los burritos de langosta, en verdad una experiencia imperdible.

 

Las paredes y techos del restaurante se encuentran tapizados de recuerdos, fotografías históricas de la zona, imagenes de corredores y participantes de las carreras todo-terreno, articulos personales que los mismos corredores donaban para ser parte de la decoración del pintoresco lugar.


 

En 1930, Anita Grosso contrae matrimonio con el señor Santiago Espinoza, mismo año en el que Anita, con la ayuda de su esposo abre las puertas de su casa a los viajeros que cruzaban por el área.

Anita, conocida como “Mamá Espinoza, fallece a los 109 años de edad, pero su hija Elva Espinoza Gross y su familia, mantienen el legado de sabor y hospitalidad de Mamá hasta el día de hoy.




Una visita al restaurante de Mamá Espinoza es una aventura histórica llena de sabor que debes vivir en tu próxima visita a San Quintín.

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